Creación literaria


La creación literaria es una parte importante en el aprendizaje de los niños, y nosotros como futuros profesores debemos ser guías para que disfruten con el proceso, se motiven y quieran seguir leyendo y construyendo.

Debemos salir de las redacciones y aprovechar el potencial de la creación literaria, fomentando la imaginación, la creatividad y la participación activa, siempre insistiendo en el respeto hacia las creaciones de los demás, de manera que todos los alumnos encuentren su espacio de expresión y participación.

El profesor debe estimular a los alumnos mediante la lectura de textos motivadores, y comenzar posteriormente a realizar pequeñas creaciones siguiendo alguno de los ejemplos señalados en la teoría (por ejemplo inventando el horóscopo, creando una historia con dos palabras distintas, etc.).
El objetivo es que los alumnos disfruten con el proceso y posteriormente al enseñar su creación, de forma que los demás alumnos le escuchen, aporten nuevas ideas y sugerencias. Permite trabajar también en grupo, de forma que fomentamos también el aprendizaje colectivo.
Estas son las creaciones que he creado como ejemplo a posibles actividades en el aula:

CREACIÓN EN PROSA
Para su creación utilizaremos la técnica de la hipótesis absurda. Esta técnica me ha resultado muy interesante para trabajar con alumnos de cursos inferiores, por ejemplo 3º o 4º de primaria.
Un ejemplo podría ser: ¿Qué pasaría si una mañana te levantases y lloviese dinero en lugar de agua?

Había una vez un pueblo en lo más alto de una montaña, donde todo el mundo era feliz. En este pequeño poblado vivían no más de 50 personas, y todos se conocían puesto que convivían y trabajaban mano a mano. Algunos habitantes se dedicaban a la agricultura y la ganadería, de forma que producían alimentos que después vendían a los demás. Otros tejían las ropas que después les abrigarían, mientras que unos terceros fabricaban cerveza y otras bebidas con las que brindaban cuando se reunían para celebrar. Los niños iban a la escuela, enseñados por maestros que llevaban años y años en la enseñanza. En este pueblo todo era perfecto.

Carlos se levantó una mañana y miró por  la ventana. El cielo estaba muy nublado, parecía que iba a llover. No le importó, pues le encantaba ponerse las botas de agua y pasar por encima de los charcos sin mojarse los pies.

Era fin de semana y no había colegio, así que su hermano y él se vistieron rápidamente para salir a jugar antes de que empezase a llover. Estaban en el campo jugando al futbol con otros amigos cuando comenzaron los truenos, y de repente… ¡Sucedió algo increíble! En lugar de mojarse con las gotas de lluvia, comenzaron a ver como del cielo caían billetes. ¡Montones de billetes! De cinco euros, de diez, de cincuenta… ¡hasta vieron uno de quinientos! Carlos y sus amigos estaban alucinados. Al principio pensaron que era una broma, y miraron hacia todos los lados buscando una cámara de esas de los programas de televisión. No encontraron nada, y pronto comenzaron a oír gritos de sorpresa y alegría. ¡Esto sucedía en todo el pueblo!

Repentinamente la gente se volvió loca. Todo el mundo parecía feliz, cogía todo el dinero del suelo que podía, reía, cantaba, compartía los billetes que habían cogido e incluso abrían botellas de champán para brindar.

Al principio todo fue maravilloso. La familia de Carlos, como otras tantas en el pueblo, se construyó una casa más grande, se compró un coche nuevo e hicieron un viaje al Caribe. Cada vez que llovía recuperaban lo que habían invertido. No había pobreza, no conocían lo que era un mendigo, nadie pasaba hambre.

Sin embargo, pronto comenzaron los problemas. La gente del pueblo quería más y más. Cuando se nublaba los habitantes pasaban horas en la calle, pasando frío, para ser los primeros y los que más dinero cogiesen. Cuando llovía era una verdadera lucha, se empujaban y pisaban con tal de quedarse hasta el último billete. Los adultos dejaron prácticamente de hablarse con sus vecinos, pues siempre corrían acusaciones del tipo “Has cogido billetes que estaban en mi terreno”  o “desde que es rico es mucho más desconfiado”. Y los niños, como Carlos, sentían esa enemistad.

La gente dejó de trabajar, pues tenía dinero para vivir cómodamente toda su vida, por lo que dejaron de existir muchos productos. Las peleas se extendían más allá de los días de lluvia, ahora los habitantes del pueblo luchaban por comprar la última lechuga o el jersey de lana que quedaba en la tienda.

El fenómeno salió en el telediario, por lo que muchos turistas y gente de otros países iban a “ver llover”. La multitud y la avaricia crearon conflictos y peleas. Poco a poco, el pueblo se volvió un lugar poco seguro, donde los ricos habitaban en sus mansiones y temían salir al exterior para evitar la confrontación. Los habitantes cada vez estaban  más tristes.

Tenían de todo, pero a la vez no tenían nada.

Esta actividad podemos realizarla con alumnos de 3º-4º de Primaria (también cursos superiores).
He aplicado la creación del libro a esta actividad. Tras escribir el cuento o relato breve, los alumnos tendrán que plasmarlo en un cuento creado por ellos. Os enseño mi versión, un minicuento con tapas de goma eva y unido con lazos.










CREACIÓN EN VERSO
Para la creación literaria en verso vamos a utilizar dos de las técnicas descritas en los apuntes de la asignatura, las greguerías y los caligramas.
Las greguerías se definen como composiciones literarias muy breves (generalmente una única frase) que utiliza la agudeza o la ironía para expresar ideas. Su invención se atribuye al escritor Ramón Gómez de la Serna, con ejemplos como “El café con leche es una bebida mulata” o “las pirámides hacen jorobado al desierto”.
Esta actividad va destinada a alumnos de los últimos cursos de Primaria (5º y 6º), puesto que su capacidad para comprender esta composición literaria e crear nuevas greguerías a partir de ejemplos es mayor.  
Comenzaríamos con la creación de greguerías, que posteriormente plasmaríamos en caligramas.
Un ejemplo puede ser: “La letra b es un caracol subiendo la pared”




CREACIÓN DRAMÁTICA
Vamos a utilizar la técnica de crear entre todos un cuento al revés, y posteriormente lo representaremos en el aula. Otra opción es que cada alumno escriba su propio texto dramático basándose en cuentos que han escrito, pero creo que la primera opción va a motivar más al grupo a crear, y luego representar, la obra creada.
He aquí un ejemplo de texto dramático, donde he incluido también un narrador que introduzca las escenas y narre los sentimientos de los personajes. He utilizado el cuento de Hansel y Gretel, pero en este caso los niños son los que se comportan mal.

PRIMERA ESCENA:
-NARRADOR: Érase una vez dos niños muy muy traviesos que vivían con sus padres en una casita cercana al bosque, y que se dedicaban a la leña y la ganadería.  Su nombre era Hansel y Gretel. La familia vivía en una situación precaria, puesto que apenas ganaba para alimentarse.
Una noche, Hansel y Gretel estaban jugando en el salón cuando se pusieron a susurrar:
-HANSEL: Gretel, tengo mucha hambre y nuestros padres no hacen nada para que haya comida en la mesa cada día.
-GRETEL: ¿Y qué sugieres que hagamos?
-HANSEL: Esta noche nos escaparemos, y buscaremos un hogar donde podamos robar algo de comida.
-NARRADOR: Y eso hicieron. Esa madrugada, cuando estaba amaneciendo y antes de que sus padres les oyesen, Hansel y Gretel salieron sigilosos de la casa sin más equipaje que una muda y unas migas de pan.

SEGUNDA ESCENA
Cuando los padres se despertaron, buscaron a los niños por los alrededores de la casa desesperadamente.
-PADRE Y MADRE:¡¡¡Haaaanseeel!!! ¡¡¡Greeeeteeeel!!!  ¿Dónde estais?
-NARRADOR: El padre de Hansel y Gretel no paraba de llorar. La madre, muy seria, no paraba de pensar en posibles rincones donde pudiesen estar los niños.
-MADRE: Son muy traviesos, seguro que se han escapado, nadie querría llevárselos. Estarán jugando y esta tarde nos darán un buen susto. Yo les esperaré en casa, tu adéntarte en el bosque para ver si les encuentras.

TERCERA ESCENA
-NARRADOR: Mientras tanto, Hansel y Gretel paseaban por el bosque buscando una casa donde encontrar algo de comer. Vagaron sin rumbo durante todo el día, hasta que vieron una casita completamente construida de dulces. El tejado era de galleta, las columnas de chocolate y las paredes de bizcocho.
-GRETEL: ¡Mmm! ¡Mira Hansel, esa casa es toda de comida!
-HANSEL: ¡Allí podremos comer dulces durante días y días!
-NARRADOR: Hansel y Gretel se abalanzaron hacia la casita y mordisquearon todo lo que podrían, hasta que una anciana mujer salió del interior y les invitó a pasar.
-ANCIANA: Buenas tardes niños, ¿tenéis hambre?- Pasad, pasad, aquí hay comida suficiente para los dos. Os parecéis mucho a mis nietecitos, que por desgracia crecieron y se marcharon lejos de aquí para ganarse la vida, y hace años que ya no les veo.
-HANSEL (susurrando al oído de su hermana): Pasemos, y cuando la vieja se despiste nos deshacemos de ella y vivimos aquí para siempre.

CUARTA ESCENA
-NARRADOR: Y así hicieron. La viejecita les invitó a chocolate con churros, que estaba delicioso. 
-ANCIANA: Voy a recoger niños, mientras barro y canto descansad un poco, que lleváis un día duro.
-HANSEL: Gretel, enciende el horno, es el momento de hacernos con la casa.
-NARRADOR: Gretel encendió el horno y Hansel aprovechó la oportunidad para empujar a la ancianita en su interior.
-ANCIANA: ¡Ayuda! ¡Ayuda! ¡Me quemo!
-NARRADOR: Repentinamente se abrió la puerta de la casa, y apareció el padre de Hansel y Gretel, que no había parado ni un segundo de buscarles.
-PADRE: ¡Hijos míos, estáis bien! ¡Sacad ahora mismo a esa mujer del horno!
-NARRADOR: Hansel apagó el horno y entre los dos sacaron a la viejecita del horno.
-GRETEL: Lo siento padre, los siento señora, solo teníamos hambre.
-ANCIANA: Os perdono niños, pero debéis hacer algo por mí. Yo ya soy muy vieja para limpiar y cuidar del pequeño huerto. Si me ayudáis todos los días, a cambio os daré comida para que ni vosotros ni vuestra familia vuelva a pasar hambre. Si tratáis de engañarme, os hechizaré y no volveréis a ser los que sois.
-NARRADOR: Y así hicieron. Hansel y Gretel acudían cada día a casa de la anciana, le ayudaban con las tareas y a cambio comían y jugaban con ella. Y aunque de vez en cuando seguían haciendo trastadas, solían ser tonterías con las que toda la familia acababa riéndose. Y así es como la familia, junto con la ancianita, vivieron felices y comieron perdices. O muchos dulces.



Esta actividad me parece apropiada para alumnos de 3º-4º de primaria, puesto que todavía no han perdido el gusto por los cuentos clásicos pero a la vez son lo suficientemente mayores para poder realizar un trabajo grupal, y creo que les motivará cambiar el papel de los personajes de los cuentos tradicionales.
En una de las sesiones se propondrá la actividad de forma que entre todos los alumnos ideen como se van a desarrollar los cuentos. Después, con la idea de hacer partícipes a todos los alumnos, crearemos grupos para que cada grupo escriba un cuento “al revés”.  Éste debe ser corto, como el ejemplo previo, y no debe contar con más personajes que alumnos conformen el grupo, pues después deberán representar la obra para los demás.
Si hay tiempo podemos añadir complementos para que los alumnos vayan caracterizados, y en la siguiente sesión dramatizarán el cuento delante de los demás. Al final serán representados 4-5 cuentos, intentando que sea una clase dinámica y divertida, y que motive a los alumnos a escribir este tipo de creaciones.

CONCLUSIONES
He disfrutado mucho con la realización de este trabajo, y creo que tiene un aplicación en mi futuro como docente por los motivos que se describen a continuación:
No podemos limitarnos a “obligar” a los alumnos a leer y analizar obras de autores clásicos que en muchas ocasiones fomentan todo lo contrario al gusto por la lectura. Por supuesto, lo trabajado con anterioridad, como la animación a la lectura o el uso de cuentos folclóricos,  al igual que otras actividades como la creación de una biblioteca, tienen un papel importante en el aula y son útiles herramientas para motivar a los alumnos.  Sin embargo no podemos olvidar el uso de la escritura creativa, promoviendo que cada alumno se implique y dedique a su propia creación literaria. La creación literaria fomenta la imaginación y la creatividad de los alumnos, el trabajo en grupo  y el aprendizaje centrado en el alumno, siendo este una parte activa de dicho aprendizaje y no solo un mero receptor de información.
La creación literaria ofrece un amplio abanico de posibilidades,  puesto que, como hemos visto en la teoría, se puede escribir en prosa, verso o drama, y las técnicas para fomentarla son múltiples y por lo general muy divertidas. Permite acerca a los alumnos a la literatura de forma amena, y además supone el uso de la lengua escrita como medio de comunicación.  Podemos desarrollar nuestras creaciones en papel, mediante la creación de libros o el uso de las TICs, difundir las obras creadas y estimular a los alumnos a innovar e imaginar.

BIBLIOGRAFÍA
 ·         Servicio de Planes y Programas Educativos. (2014). Creatividad Literaria. Recuperado de:  http://www.juntadeandalucia.es/educacion/webportal/ishare-servlet/content/da954aa2-e07e-489d-ab74-fd105d7b1744
·         Zubiri, H. La creación literaria en el aula como medio para fomentar un aprendizaje centrado en el alumno. Recuperado de: file:///C:/Users/leoze/Downloads/112-696-1-PB.pdf
·         Labajo, I (2018). Literatura española, literatura infantil y educación literaria. Madrid. CSEU La Salle.
·         Labajo, I. Catálogo de actividades para la creación literaria

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